versión castellana abajo
Le castagne sono le caramelle dell’inverno.
Cose c´e´di piú goloso che scottarsi le mani con le caldarroste mentre si passeggia al freddo. E’ un gesto che per qualche strano motivi mi ha sempre riportato a atmosfere da piccola fiammiferaia, da cantico di natale di Dickens, a ritmi ottocenteschi: le caldarroste sono semplici, essenziali, primitive, e infantilmente buone.
Poi, passeggiando con il cartoccio in mano a Milano ci si imbatte nelle vetrine delle pasticcerie cariche di marron glacé, tra cui appaiono violette candite e subito si fa un passo indietro, non tanto perché terrorizzati dai prezzi, ma perché quei dolcetti mi riportano a loro volta a atmosfere settecentesche, di parrucche, crinoline e cicisbei. E il richiamo é irresistibile: come fare a meno di sentirsi per un attimo accanto a un camino in stile Luigi xv?.
In base alla congiuntura ne compro uno (stile piccola fiammiferaia) o una scatolona (stile madame Pompadour)…e per un attimo, anche uno solo si va in un altra dimensione spazio tempo.
E adesso la ricetta con le castagne: é una della tante che ho trovato in uno delle migliaia di foglietti, quadernetti, schede, libri e quant’altro raccolti da mia mamma in giro per il mondo.
Mia madre é una specie di Claudia Roden non mediatica e ha raccolto un patrimonio di ricette della nostra tradizione e dei suoi viagi in giro per il globo dove incontrava non solo le popolazioni locali ma anche quella specie di tribú cosmopolita e multietnica che va in giro per il mondo fatta da tecnici, diplomatici, studiosi, giornalisti e avventurieri di vario genere..si anche questi ultimi esistono (e a quanto pare sono in prevalenza olandesi, come vuole la leggenda).
Oltretutto, con grande stupore di mia figlia, mia madre ha tutto. Quando intendo tutto é tutto: dal berberé allo stampo da Kugelhopf, dai pirottini alla tajine, dai cocci al Bimby. Mandorle, canditi, farine del territorio e d’oltremare, marmellate (ovviamente fatte da lei, dal sedano alle pesche passando per il melograno).
Questa é una ricetta della nonna magica, come dice mia figlia. Ha il vantaggio di non avere troppi grassi.
La trovate nel mio BLOG GLU-FRI DONNE SUL WEB
POSTRE DE CASTAÑAS SIN GLUTEN
Aviso este es un post nostálgico. Como en esta época navideña en Italia es invierno la receta es para el invierno..por tanto para lo que viven a sur del ecuador pueden..hacerla igual o esperar julio…..
Las castañas son los dulces de invierno. ¿Hay algo más goloso que quemarse las manos con castañas asadas caminando en el frío?
Es un gesto que por alguna extraña razón siempre me he llevado de vuelta a la atmósfera de la niña de los fósforos, al cuento de Navidad de Dickens, me lleva a ritmos del siglo XIX: las castañas son sencillas, básicas, primitivas, infantilmente buenas.
Despues, caminando con el cono de papel relleno de castañas en Milan uno se encuentra con el escaparate de las pastelerias rellenas de marron glacé, y en el medio aparecen violetas confitadas, y inmediatamente se da un paso atrás, no tanto por es susto que dan los precios, sino porque esos pequeños bombone me llevan a la atmósfera del siglo XVIII, con las pelucas, grandes y largas faldas y cicisbei. Y la tentacion es irresistible: como no quedarse por un momento al lado de una chimenea en el estilo Luis X.?
Dependiendo de la situación economica compro uno (estilo pequeña vendedora de fosforos) o una caja enorme (estilo Madame Pompadour ) … y por un momento, aunque uno solo se entra a otra dimensión del espacio tempo
Y ahora la receta con las castañas: es una de los muchas que he encontrado en uno de los miles de apuntes, cuadernillos, tarjetas, libros que mi madre recolecto en todo el mundo.
Mi madre es una especie de Claudia Roden no mediatica y ha reunido una gran cantidad de recetas de nuestra tradición y de sus viajes alrededor del mundo, donde conoció no sólo a la gente local, sino también a ese tipo de tribu cosmopolita y multiétnica que da la vuelta el mundo hecho por los ingenieros,tecnicos, diplomáticos, académicos, periodistas y aventureros de todo tipo .. También existen los aventureros (y al parecer son en su mayoría holandeses, como dice la leyenda).
Adema y para el asombro de mi hija, mi madre tiene de todo. Cuando digo todo es todo desde el bereberé hasta el molde para el Kugelhopf, del tajine, a la Thermomix, a las ollas de barro.
Almendras, frutas confitadas, harinas de nuestros pagos y de ultramar, mermeladas (obviamente hechas por ella, desde la de apio hasta la de duraznos pasando a través de la de granada).
Esta es una receta de la abuela mágica, como le dice mi hija. Y tiene la ventaja de no tener demasiada grasa.
Ingredientes:
500 gramos de castañas
100 gramos de azúcar
1 copa de coñac o ron
Leche q.b.
esencia de vainilla
Preparación:
Hervir y pelar las castañas. Es aburrido, pero es parte del ritual, hay que evitar de comersela mientras tanto como hago yo…. Espolvorear con el azúcar y la esencia de vainilla y cocinar a fuego lento muy bajo durante 10 minutos.
Pasar las castañas ablandadas a una licuadora con un poco de leche y licor y procesarlas. Deben tener la consistencia de un puré por lo tanto verter la leche de a poco. Revolver bien la mezcla. Humedecer co
n un poco de agua de los moldes de flan (yo usé los de aluminio) y verter la mezcla compactandola bien.
n un poco de agua de los moldes de flan (yo usé los de aluminio) y verter la mezcla compactandola bien.
Refrigerar por lo menos dos horas.
Desmoldar y decorar con chocolate o lo que guste.
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