La vida no es una broma.
Tómela en serio
Cómo la ardilla, por ejemplo,
sin esperar nada
desde el exterior o en el más allá.
No tendras que hacer nada mas que vivir.
La vida no es una broma.
Tómela en serio
pero en serio, hasta el punto
que puesto contra una pared, por ejemplo, las manos atadas,
o en un laboratorio
con bata blanca y gafas grandes,
Tu mueras para que vivan los hombres
hombres que no conocerás en la cara,
y morirás sabiendo
que nada es más hermoso, más verdadero de la vida.
Tómela en serio
pero en serio, hasta el punto
que a los años setenta, por ejemplo, plantaras olivos
no porque queden a tus a sus hijos
sino porque no creerás en la muerte
aun temiéndola,
y la vida pesará mas el la balanza.
Nazim Hikmet – La vida
Mi padre y mi madre plantaron olivos con casi setenta años, y ademas almendros, perales, cerezos, robles y higos. Cada uno de nosotros tiene un árbol: mi hija tiene un cerezo, mi sobrino tiene un roble.Yo elegí un almendro, y espero que la vida pese más en la balanza, así como pesó para mis padre que viajaron a lo largo y ancho de del mundo, y ahora han echado raíces firmes.
Esta receta de la leche de almendras es la descrita por Claudia Roden en el libro “La cocina del Medio Oriente y África del Norte” y es un almibar que se diluye con agua.
Ingredientes:
250 g de almendras
1 litro de agua
1 kg de azúcar
2 cucharadas de flor de azahar
Pelar las almendras sumergiéndola durante dos o tres minutos en agua hirviendo, dejar enfriar y luego pelarlas frotando con un paño o aplastandola entre índice y pulgar.
Moler las almendras finamente en una mixer.
Poner las almendras picadas en una toalla fina y distribuirla adentro.
En un bol grande, rellenar con el agua y poner el mantel con las almendras, dejandolo por lo menos una o dos horas. De vez en cuando escurrir el paño y frote para que saque toda la “leche”.
Cuando no hay mas líquido blanco que sale con torcer el involucro con fuerza por última vez apretando bien.
Continuar la cocción, revolviendo de vez en cuando la preparación hasta que se espese y deje un velo sobre la cuchara.
Añadir el agua de azahar y después de un par de minutos apagar el fuego.
Dejar enfriar y transferir a en botellas lavadas y secadas bien sigiladas.
Ahora pueden disfrutar de esta deliciosa bebida del Mediterráneo durante todo el año .
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El ingrediente: La almendra
El almendro es un árbol pequeño que me recuerda el Mediterráneo.
Es un árbol generoso y tímido, después del don de hermosas flores debe hay que llegar hasta el nucleo para encontrar un pequeño tesoro: la almendra.
La almendra dulce es el ingrediente secreto de muchas tartas y pasteles, es el alma del mazapán y del turrón, celebra bodas y nacimientos vestida de azúcar.
Con harina de almendras se producen delicias sin gluten, cruda son una merienda crujiente, saladas dan un toque especial a los platos principales.
La especie amarga es deliciosamente peligrosa pues contiene glucósidos cianogénicos y es un poco venenosa, pero si termina adentro de un amaretto es una golosina sin gluten y su aroma da un toque especial a licores y postres.
La leche de almendras es la bebida del Mediterráneo, fresca, sabrosa, nutritiva y puro nectar de estas semillas generosas. Es refrescante y vigorizante.
De la mezcla y unión de los sabores europeos y del Medio Oriente nos llegan las grandes obras maestras de la repostería hecha con leche de almendras, que ademas era ideal para los períodos de ayuno prescrito por las dos religiones, católicas y musulmanas.
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El libro: La cocina del Medio Oriente y África del Norte por Claudia Roden
“Cada receta esconde una historia.”
Esto podría ser en sintesis el enfoque de uno de las escritoras de food más interesante que conozca.
Claudia Roden nació en El Cairo en 1936 por una rica familia judía, miembro de una elite cosmopolita refinada y culta, que floreció en Egipto, y que estaba formada por un cruce de pueblos y religiones, que tuve e el placer de conocer hace muchos años cuando viví con mi familia durante un tiempo en Alejandría.
Estudió en Europa y en 1956 la crisis de Suez le impide de regresar a Egipto, dada la tensión étnica y racial del momento.
La búsqueda de los sabores y de los recuerdos familiares es el motor que impulsa a la reconstrucción de una rica herencia culinaria y su familia pero pronnto esta busquesa se esfuma hasta a todo el Oriente Próximo y el Magreb
La primera edición del libro es de 1968 y es un must para entender, conocer y apreciar una cocina que tiene una antigua tradición, donde se encuentran las preparaciónes muy exclusivas del Imperio Turco, los refinados sabores marroquíes y iraníes, y la sencillez de las preparaciones las zonas menos ricas.
Es una cocina que evoca olores, especias, perfumes, donde se declina el dulce, el salado, el agrio y el picante.
Cada receta y cada sección del libro está precedida por los registros históricos, etnográficos y por anécdotas e historias que evidencian muy bien también el contexto humano en el que se disfrutan estos alimentos y en particular el humor y la ironía del Oriente Medio.
En la interessantisima introducción del libro también se describen los ingredientes menos comunes y la mezcla de especias y condimentos que no son populares por nuestros pagos.
Claudia Roden es también autor de una obra monumental en la cocina después de la diáspora judía en todo el mundo que recoge las recetas de la comunidad israeltiche difer
entes:
El Libro de comida judía. En ese libro hay mucho de que hablar de ese libro y hemos tomado este puddin de manzana
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