versione italiana in basso
Este postre haber dado la vuelta al mundo, desde sus orígenes en el Oriente Medio ha pasado a los conventos españoles, donde se hacia un uso extensivo de los huevos: la clara se utilizaba para almidonar las telas y las yemas para hacer riquísimos postres.
Con los españoles llegaron a América del Sur las damas de la colonia y como para los churros, estos postres inicialmente vinculados a la Patria española, se transformó en un postre típico de la nueva nación.
El secreto está en el batido de los huevos hasta que estén muy espumosas de hacer cuando se cocinan, son esponjosos y puede absorber un jarabe con sabor a vainilla y la refuerza con coñac.
Una técnica relativamente sencilla cuando se utiliza un mixer, un robot, supongo que era un poco más difícil para las monjas del convento que debían tener brazos de boxeador con tanto batir los huevos.Cuando lo probé la primera sensación fué la de un bizcocho de cuchara , dulce y ligeramente “borracho”.
Ingredientes:
Para los huevos:
6 yemas de huevo
Una clara
1 / 2 cucharadita de extracto de vainilla (*)
1 cucharada de harina sin gluten
Para el almíbar:
125 cc de agua,
125 gr de azúcar,
1 vaina de vainilla
1 / 2 taza de coñac
(*) gluten free apto para celiacos
Batir las yemas con las claras hasta que estén muy espumosas y se tripliquen el volumen. Esta es la parte mas delicada. Agregar suavemente la esencia de vainilla y la harina, incorporando con delicados movimientos arriba y abajo.
Colocar en pequeños moldes enmantecado rellenados hasta 3/4.
Hornear en horno moderado (170 grados) durante 10 minutos, hasta que crezcan y se cuajen.
Cuando esté listo retire de los moldes y poner en cuencos o en un recipiente grande y dejar enfriar.
Preparar el almíbar en una cacerola con el azúcar y el agua y la vaina de vainilla, hervir hasta que esté espeso.
Añadir el coñac y recubrir con el almíbar caliente hasta que se empapen y lo absorban.
Gustar.
E’ una ricetta della tradizione argentina che risale all’epoca coloniale.
Questo dolce pare abbia fatto il giro del mondo, dalle origini medio orientali é passato nei conventi spagnoli, dove si faceva ampio uso di uova: gli albumi erano utilizzati per inamidare i tessuti e i tuorli per realizzare dolci.
Con gli spagnoli é arrivata in Sud America grazie a qualche dama della Colonia e come i churros, anche questo dolce inizialmente legato alla Madre Patria spagnola, si é trasformato in un dessert tipico della nuova nazione.
Il segreto del dolce sta nel battere bene le uova fino a rendere molto spumose affinché una volta cotte siano spugnose e possano assorbire uno sciroppo aromatizzato alla vaniglia e rinforzato con il cognac.
Un tecnica relativamente semplice se si usa un robot, un mixer, mi immagino fosse un po’ piú complicata per le suore del convento che si dovevano fare delle braccia da pugile a furia di sbattere le uova.
Quando lo assaggiato la prima sensazione é stata di provare un savoiardo, leggero, dolce e leggeremente “ubriaco”
La ricetta la trovate nel mio BLOG GLU-FRI DONNA MODERNA
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