En primer post de 2017, la primera receta y, obviamente, es un pastel: la torta sin gluten con castañas.
Podría ser un post de otoño pero lo escribimoes el medio de este frío invierno.
El invierno de nuestro descontento, citando el gran bardo William Shakespeare.
De descontento que tenemos en abundancia, como la nieve, cayendo donde no debe caer, en los territorios sacudidos y desmoronado de un centro Italia con un encanto del renacimiento y que se cae como una frágil construcción de arena. Estamos llenos de descontento, cuando todo parece ir al reves y los muros se están reconstruyendo, los logros de la civilización estan por ser barridos por un poder que se aprovecha del miedo y la ignorancia.
Pero llega la primavera, devolverá la belleza y la luz, y las únicas cosas que se perderán serán las castañas. Esos pequeños tesoros ocultos dentro de cáscaras espinosas.
Los castaños rizados son tan intocables que siempre me he preguntado cómo los seres humanos han hecho para encontrar aquellas formas marrones perfectas, que a su vez protegen una pulposa golosina que a su vez, de nuevo, no se puede comer cruda, debe ser cocinada, cocida : comer castañas es un acto de civilización.
Las castañas son muy tímidas, pero, en Italia, han sido durante siglos la gran comida de los pobres, especialmente en los Apeninos, donde los granos no se pueden cultivar. En la Edad Media, gracias también a los monjes, el cultivo de la castaña se expandieron y sus frutos se convirtieron en recursos agrario y la fuente de alimentación principal de las poblaciones de montaña,de los campesinos y de los pobres.
La castaña era un verdadero sustituto de pan, se podía comer toda y tenía una larga vida una vez desecada. Desde la trituración de la castaña seca deriva desde la antigüedad, se habla de epoca griega y latína, la harina con el que hacer un número infinito de platos: sopas, albóndigas, pan, pasteles.
Por lo tanto el castaño se define como el árbol del pan. Por supuesto, un pan plano sin gluten, las castañas son mágicas pero no tienen gluten, ni un poco’, y tienen un muy bajo contenido de proteína, por lo tanto con frecuencia se utilizaba la harina de castañas junto con el centeno.
Como era recurso popular, la castaña y su harina eran despreciadas por las clases altas, que tenían acceso al trigo, más nutritivo, hacían excepciones loscastañas más grandes y dulces: los marrónes, que también tenían sus estimadores. Todo esto hasta mediados de 1600 cuando llega el maravilloso, legendario, lujoso y marron glacé, que siempre muy caro en todas las epocas: ahora porque las castañas son casi raras, en tiempo mas antiguos por qué el azúcar era una especia solo para los ricos.
Pero eso es otra historia y lo contaré en otro momento.
Esta torta, sin embargo, es una chiffon cake, un poco baja, porque la cociné en en un enorme molde de 24 cm, si se cuece en un molde de 17-q8 es probable que se obteniene una torta más alta sin polvo de hornear.
El ingrediente clave es la marmelada de castañas. Si lo haces en casa, es mejor, y la receta perfecta es el blog de Manolo “Skake your life” el la cual, además de ser un blogger talento, también es muy activo en la vida social de Gluten Free Travel & Living.
- 90 g de claras de huevo (son aproximadamente 6 huevos)
- 95 g de azúcar
- 1 cucharadita de cremor tártaro o unas gotas de zumo de limón
- 180 g de harina libre de gluten MIX C de Schär
- 130 g de agua
- 125 g de mermelada de castaña
- 100 g de castañas hervidas picadas
- 70 g de yema de huevo (aproximadamente 4)
- 70 g de aceite de girasol
- Son necesarios:
- 2 grandes cuencos
- un molde con un orificio central y la base desmontable por 18 cm (la mía era 24)
- un mezclador eléctrico
- una espátula
- Precalentar el horno a 160 grados.
- Tamizar la harina.
- En un bol grande, combinar las yemas de huevo con el agua y el aceite y montar hasta que sean firmes y suaves. Se vuelven casi el triple de volumen.
- Añadir la mermelada de castañas poco a la vez, revolviendo constantemente con el batidor.
- Añadir la harina tamizada en 3, 4 tiempos, integrándola con una spatoala.
- Añadir las castañas y mezclar bien.
- En otro recipiente batir las claras con el cremor tártaro, cuando empiezan a ser muy consistentes y espumosas, añadir el azúcar un poco a la vez.
- Continuar montar las claras hasta que leventando el batidos se forman unos picos que caen lentamente, no hay que batir en exeso.
- Combinar ⅓ de las claras a la crema con las yemas de huevo y mezclar con una espátula con movimientos de arriba hacia abajo. A continuación, añadir el resto de las claras de huevo, teniendo cuidado de mezclar con delizatezza.
- Verter la mezcla en el molde y hornear unos 45 minutos (hacer la prueba en el horno: un palillo insertado en la masa debe salir limpio y seco).
- Retirar del horno y la poer torta pova abajo y dejar que se enfríe, se deslizará por sí sola fuera del molde.
- Denle vuelta nuevamente con el ayuda de un plato y q dejen que se termine de enfriar sobre una rejilla.
- Servir el pastel con un poco de crema batida
PS: Est epost tiene un sponsor.Es Dr. Schär
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