Paso los veranos boreales en las colinas de las Marche, en uno de los paisajes más inspiradores que existen. En una geografía dulce, que se inclina suavemente hacia el mar, con muchos matices de marrón, terracota y verde. Se siente incluso respirar esa belleza que es el telón de fondo de la pintura del Renacimiento: hay paisajes idénticos a los que se pueden ver en las ventanas pintados por Piero della Francesca y cielos como los que rodean las Madonnas…
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