¿Quiere probar una pepa? La sonriente señora de la pastelería me miraba con aire de complicidad. Me miré alrededor, sentía que mi mirada ya denotaba alguna deficiencia cognitiva y una duda tremenda. Yo sabia que los porteños no son caníbales, es mas, en mucho casos tienen un gusto exquisito, una Pepa no me podían ofrecer, o sea no podían agasajarme con la señora Pepa. Para mi Pepa era un nombre, el femenino de Pepe… Como soy una chica (mejor, casi…